Pedro Pujante: “Hay que tener paciencia. Si tu obra vale, terminará encontrando su lugar”

Se mueve por el mundo del 2.0 como pez en el agua y esto le ha valido tener ya una carrera en el cerrado mundo de la literatura. Pedro Pujante, reciente ganador del primer premio 451 de Novela de Ciencia Ficción de la Editorial Irreverentes con  El absurdo fin de la realidad, se ha hecho a sí mismo sin la pompa y el boato que a veces te dan las editoriales grandes. Escritor de relatos desde su juventud, no reniega de lo que es y de lo que puede llegar a ser. La cuestión, como casi siempre, es proponérselo.

¿Cómo nace el cosquilleo de la literatura en ti?

Es la pregunta del millón. Para mí la literatura es algo natural. Llevo publicando algo más de tres años, pero leyendo, escribiendo poesía y relatos, toda la vida. Dedicarme en serio a esto, fue a partir de 2011. Antes había mandado algún cuento a un concurso, pero cuando empecé a ver que iba en serio fue hace un par de años, algo tarde, la verdad.

Empiezas con Espejos y otras orillas…

Sí, es mi primer libro. Ahora me veo distante de estos espejos. Intenté, en ese libro, buscar una unidad en la dualidad, el tema de los dobles planos, protagonistas marginales, jugando continuamente con la perspectiva narrativa.

¿Qué querías evocar con esa dualidad?

Es un homenaje, o un plagio disimulado, a Borges, Cortazar, y a aquellos autores que me han gustado siempre. Se nota mucho la deuda que tengo con estos escritores, sobre todo en este libro. Tengo una herencia muy importante del realismo mágico.

Publicas en Chiado, que es una editorial internacional, aunque se le puede enmarcar en el terreno de las editoriales independientes. ¿Es difícil publicar en España?

Sí, es muy difícil. Al principio te encuentras mucha negativa, porque hay muchos manuscritos y al final, prima lo comercial. Siempre hay un poco de criba. Seguro que hay muchos autores que merecen la pena pero que, por un caso u otro, no llegan a las editoriales. Es inevitable.

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¿Te consideras un escritor de ciencia ficción?

No. Además, El absurdo fin de la realidad, aunque lo escribí para el premio de Irreverentes, no la considero una novela de ciencia ficción. Tiene elementos del género, pero no es una novela de ciencia ficción convencional. La novela gira en torno a un escritor de un pueblo del mediterráneo que está esperando la llegada de un platillo volante y, en la espera, está escribiendo un discurso de bienvenida. En ese transcurso, el protagonista divaga sobre literatura, cine, filosofía. En cierto modo, se trata de una novela bastante metaliteraria. Se podría considerar como una novela surrealista o fantástica, más que como una novela de ciencia ficción.

¿Qué ha supuesto para ti el premio?

Para un escritor que no es famoso, que no tiene el respaldo de ningún padrino, es un gran aliciente. Te motiva a seguir escribiendo porque sabes que a alguien le gusta lo que escribes y ha apostado por ti. Es un espaldarazo para sonar en los medios, pero sobre todo es un empujón para seguir escribiendo.

Antes decíamos que las editoriales están llenas de manuscritos que llegan diariamente. Muchos de esos manuscritos son fruto de el trabajo de gente joven que está intentando publicar por primera vez. ¿Qué le recomendarías a esas personas?

El primer consejo que daría es que no tuvieran prisa. El tiempo pone cada cosa en su sitio. Si su obra vale, terminará encontrando su lugar. La paciencia es importante, porque muchas veces mandamos relatos o novelas, y luego nos arrepentimos (tras revisarlo) de lo que hemos mandado. Lo bueno es que hoy en día existe la salida de la autoedición.

Por ejemplo, Bubok. ¿Qué te parece?

Cualquier método es válido. Lo importante es la literatura, da igual los medios que se utilicen. Lo preferible es tener una editorial importante detrás, que te distribuya y que te monte presentaciones aquí y allá, pero eso sólo pasa en el mejor de los casos.

Centrándonos en tu última novela y volviendo al tema de la ciencia ficción, ¿crees que es un mundo para unos pocos?

Creo que es un género que, en cuanto a escritores, no tiene mucha tirada. Hoy en día, en España, tiene tirón la novela histórica, la policiaca y la literatura comercial en general. Los que venden son los escritores anglosajones, pero editoriales españolas que apuesten por la ciencia ficción, hay pocas. Dolmen es una excepción. Sí es verdad que ahora se está moviendo un poco más e incluso hay casas como Mondadori, que están sacando sellos concretos de fantasía y ciencia ficción, sobre todo gracias al éxito de Canción de Hielo y Fuego, de George R. R. Martin.

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¿Piensas volver a intentarlo con este género en tu próximo trabajo?

No, va a ser diferente. Me gusta cambiar y renovarme. En realidad, me aburro de hacer siempre lo mismo. De hecho, todos mis libros son bastante diferentes en temas y lenguajes. La próxima novela va a ser más desenfadada, menos solemne.

¿Eres de los que creen que el papel va a morir?

No creo que pase. Los que nos gusta de verdad la literatura vamos a seguir comprando libros en papel. El futuro lo dirá, pero me extrañaría que los soportes digitales sustituyan en un futuro al libro físico. Si puede ser que siga disminuyendo, pero no creo que el papel desaparezca.

¿Es tan importante que el escritor, en estos tiempos, se apoye en las redes sociales para darse a conocer?

Es una ayuda para los escritores que no tenemos un respaldo editorial. La mayoría de los contactos que he hecho en este mundillo ha sido a través de Internet. Es una ventana que, ahora que la tenemos, nos parece impensable vivir sin ella. Por ejemplo, yo conocí el premio y la editorial Irreverentes a través de las redes. De hecho, hay muchos escritores que empezaron escribiendo en Amazon y han terminado dando el salto a una editorial más grande.

Últimamente vemos como las series de televisión se están convirtiendo en la nueva literatura. El género de ciencia ficción no se queda atrás. ¿Qué te parece este nuevo paradigma?

Desde finales del siglo pasado los medios audiovisuales han influido en la literatura. Antes existían películas inspiradas en novelas y ahora hay novelas inspiradas en series, incluso en videojuegos. Hay una simbiosis que es muy buena a nivel creativo. Dexter es un ejemplo de buen guión y de la literatura llevada a la televisión. A mí, por ejemplo, siempre me han gustado las películas de vampiros y ahora encuentras muchas series de televisión sobre el tema.

Y Crepúsculo

Eso no lo aguanto, ¡qué menos que los vampiros tengan colmillos! Yo no quiero tampoco a Drácula con la capa, tan serio, pero qué mínimo que muerdan.

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En Murcia se está formando un grupo de escritores jóvenes con un presente ya labrado y un futuro esperanzador. ¿Qué te parece esta nueva oleada?

Actualmente hay buena literatura en Murcia. Javier Moreno, por ejemplo, es uno de los tipos que mejor escribe en España. Tiene una capacidad increíble. Miguel Ángel Hernández, Soto Ivars, Luis Leante, o Jerónimo Tristante, (del que van a hacer una serie de televisión de su libro La última noche de Victor Ros). A lo mejor se trata de una literatura más comercial, pero es igual de válida. Él lo sabe, lo explota y le va bien. Me alegro mucho por él, porque siempre se ha portado muy bien conmigo.

¿Crees que Murcia tiene un potencial cultural por explotar?

Pienso que cualquier lugar tiene posibilidades. Aquí, en Zalacaín, se hacen los Lunes Literarios, donde se lee poesía y se hacen talleres. Falta gente como ellos, que emprenda. Ahora ha salido Acantilados de Papel, dirigida por Francisco Javier Illán, que es una revista online de literatura. Se hacen cosillas, pero siempre nos quedamos con la sensación de que nos falta algo, de que se puede hacer más.

Entrevista: David Cano
Fotografías: Lola Salinas
Lugar:  Cafetería Williams

 

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Sobre el autor

Periodista y escritor de 26 años, especializado en temas de literatura y redes sociales. Su bagaje le ha llevado a trabajar en medios como Canal + y La Verdad de Murcia, además de colaborar con distintas webs de temática literaria y editorial. Ganador de un accésit en el certamen Creajoven de Literatura por el relato ‘Redención’. Murciano convencido de que en esta ciudad hay un fuerte volcán lleno de creativo magma y que debe recordarse para que no caiga en el ostracismo.

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