Martínez Cánovas: «Pintura y tatuaje es una misma cosa, pero en un soporte diferente»

A sus 33 años, este licenciado en Bellas Artes la Universidad de Murcia ha estudiado con el maestro Antonio López y Pedro Cano, entre otros. Se le han concedido algunas de las becas más importantes del país, como la Séneca-Sicue de la Facultad de Bellas Artes ‘Alonso Cano’, de Granada;la de Paisaje Fundación ‘Rodríguez-Acosta’, o la Sócrates-Erasmus para la ‘Accademia di Belle Arti di Roma’. Así mismo, a su corta edad, ya ha sido galardonado con el primer premio en el XVII certamen “Creajoven”(2009); Primer premio en el VI Premio Internacional de Pintura Toledo Puche (2009); Accésit en el IX Premio de Pintura Aula de Artes Plásticas Universidad de Murcia (2009); o la Medalla de plata en la Beca de paisaje Pintores Pensionados del Palacio del Quintanar (2006)

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Martínez Cánovas. Óleo sobre lienzo. Cristo yacente curiosamente tatuado

¿Cómo se pasa del tatuaje, ahora tan de moda, pero antes poco entendido, a decidir estudiar Bellas Artes?, ¿qué te llevó a hacerlos, ya pintabas antes de ingresar en la Universidad?
Todo está relacionado, aunque a al principio no me diese cuenta. Me explico, tanto para el tatuaje, como para la puntura lo que se necesita es tener “mucha mano”. Si quieres ser un buen tatuador tienes que tener estas dotes, por eso he tenido la facilidad de destacar en el tatuaje realista, porque para poder hacerlo se necesita algo más que el dominio de una técnica, hay muchos en España que la dominan, te pueden hacer una línea o una sombra, pero un retrato es un retrato. Si no va la nariz o el ojo en su sitio “la hemos liado”.

La pintura y el tatuaje están totalmente relacionados, simplemente que son dos técnicas diferentes. Una es aprenderte el secado del óleo, del pincel, del soporte, y la otra son diferentes tipos de agujas, planas, redondas, y la piel…»la de un albañil no es la misma que la de una chavalica joven».
Cuando entré a la Universidad tenía claro que no iba a dejar el tatuaje y aún hoy no lo he dejado, iba a tomar el mundo de la pintura como algo profesional. A los 16 años comencé en Artes y Oficios y dedicaba mucho tiempo al dibujo y a la escultura, y me dí cuenta de que podía ser un medio de vida. Fue entonces cuando descubrí a los pintores murcianos que sólo vivían de su obra. Incluso antes de empezar en la Universidad ya tenía encargos de pintura, esos fueron mis comienzos. Una vez en la Universidad fui plenamente consciente de que pintura y tatuaje es una misma cosa, pero en un soporte diferente, aunque haya gente que no lo vea así.

¿Tus reconocimientos en el certamen Municipal de Creación Joven “Creajoven”, de Murcia, te han dado a conocer al público aficionado a la pintura en la Región?
Sí me han dado reconocimiento, además lo noté. El primero fue un Accésit, y gracias a eso me pude presentar al año siguiente y ganar el Primer Premio, lo que me ha supuesto dos años en los catálogos del concurso, dos años en la presentación de los premios. Y teniendo en cuenta la composición del tribunal cuando gané, entre otros, Pedro Alberto Cruz padre e hijo, Martín Páez, supuso para mí que se abriese una puerta a un “chaval nuevo que nadie conocía”.

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Martínez Cánovas. Grafito sobre papel. Vanitas, autorretrato

¿Qué fue lo más importante que aprendiste de Antonio López, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, en los cursos que realizaste con él en 2004 y 2005?
Es un pintor que tiene muy asumida la importancia del marketing. Es un artista al que ahora admiro d manera diferente, al principio creí que seguía unas pautas a raja tabla, en realidad le gusta vender la idea del Romanticismo de El sol del membrillo –largometraje del director español Víctor Erice- en la que se lamenta de que no le da tiempo a pintar las cosas porque es muy lento, y pasa el tiempo y se cae el membrillo. En realidad es una pose, lleva muchos trabajos a la vez y tarda mucho tiempo en realizarlos. Él lo justifica diciendo que es muy realista y busca, por ejemplo, un mes del año en concreto para pintar un cuadro determinado, ese es su filón.

En alguna ocasión, Antonio López me preguntó “¿tú pintas de fotografía o del natural?”, yo le contesté que de ambas maneras, pero que suelo hacerlas en el estudio basándome en una fotografía. Y me contestó que le parecía muy mal, porque va en contra de su concepto de la pintura. Pero luego, me dijo “si lo haces para vivir es otra cosa”, y en ese momento se delató. Pensemos que si lleva muchos cuadros a la vez, sobre todo durante su relación con las galerías Marlborough, y le adelantan la mitad del precio astronómico de una de sus obras, esto le permite dilatar mucho la terminación de las mismas.

De tu estancia de un año en la Accademia di Belle Arti di Roma Roma, ¿te impregnaste más de la Roma Clásica o del movimiento contemporáneo de la ciudad, qué destacarías de tu estancia allí?
Lo que más me impresionó fue el Arte clásico de Roma, hasta los últimos palacios del siglo XVIII. Desde entonces, considero que es una ciudad que vive de su pasado artístico, porque realmente a nivel contemporáneo tanto en Arte, como en la Accademia, como en la mentalidad de sus gentes, sin generalizar, se vive un atraso impresionante, incluso con respecto a Murcia, que yo la considero bastante atrasada en estos aspectos. Me sorprendió que la capital de Italia fuese aún tan atrasada, incluso en la burocracia. En lo único que destaca es en que casi toda la población viste bien.

De sobra es conocida tu buena relación artística con el maestro de Blanca, Pedro Cano, ¿qué crees que ha influido en tu obra de su forma de hacer?
Imagino que más que influenciarme, a día de hoy ha quedado algún poso en mi retina. Quizás en mi próxima exposición sea donde realmente pueda ver si he “empapado” algo de su obra, porque voy a tocar temáticas que él ha tocado, al igual que otros muchos pintores. Hasta ahora no he visto retratos de Pedro Cano, ni vanitas, que yo sí trato; igualmente yo no pinto flores, y la técnica de la acuarela, tan característica suya, a mí no me llama. Ahora, como persona, por su experiencia y sabiduría, cuando hablo con él me aporta mucho; su experiencia en Roma con una beca, su aventura en Nueva York sin recursos económicos…

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Martínez Cánovas. Óleo sobre lienzo. «White meat»

Desde tus primeras obras siempre has destacado en el retrato, como muestran tus 20 óleos expuestos en el conocido “Café del Arco” de Murcia, muchos murcianos nos preguntamos si la elección de los personajes, tan dispares, desde Mari Trini a Pepín Liria, pasando por tu propio autorretrato, fue un encargo o fue cosa tuya.
En un principio el arquitecto Manuel Clavel, encargado de la remodelación, pidió a una periodista que seleccionase personajes ilustres de la Región para hacer sus retratos, que decorarían el local. Me fueron dando los contactos de los personajes y yo iba a retratarlos. Con el trabajo ya bastante avanzado, me concedieron en septiembre el Primer Premio Toledo Puche y el Primer Premio de ‘Creajoven’, y hablando con Clavel me dijo que de acuerdo con el dueño del Café del Arco me podía incluir en la galería de retratos, en calidad de pintor reconocido.

Siguiendo con el mundo taurino, ya que hemos hablado de Pepín Liria, eres de los pocos que continúan con la herencia del pintor del Barrio del Carmen Julián Alcaraz, que alcanzó gran fama desde finales del siglo XIX hasta su muerte en 1952 dedicado en exclusiva al mundo del toro, ¿qué te llevó a escoger este mundo como tema de tus cuadros?
Yo no creo que llegue a ser como Alcaraz, realmente llevo tres años metido en la Tauromaquia, y aunque este año he hecho dos carteles, el de los encierros de Blanca y el de la corrida de toros de Fortuna, que es un retrato de Juan Belda, oriundo de este pueblo, y que lo he plasmado rezando, estos son los últimos coletazos que estoy dando dentro de esta temática, porque la mente ya me pide cambiar, me pide otras inquietudes, curiosidades.

Mi contacto con el mundo del toro comenzó en mi estudio de Molina, que comparto con el pintor Antonio Tapia, y me invitó a ver cómo se meten los toros en los chiqueros y cómo se hace el sorteo para asignar cada animal a cada torero, todo ese ritual. Antes de esto, mi contacto con la fiesta se reducía a dos o tres corridas en la feria de Murcia desde puestos bastante alejados, sin ver el detalle, así que era una temática ajena a mí.
Esa misma tarde del sorteo fuimos a la corrida, y antes nos invitaron a entrar al patio de caballos, y durante el descanso entramos a una cantina apartada, donde va la gente de este mundo, apoderados, políticos. Pude ver a los toreros ponerse su capote de paseo, hablar con su cuadrilla, meditar, incluso hacer algún ejercicio antes de salir, y me dije: “¡Así da gusto venir a los toros!”. Se vive de otra manera, me llamó mucho la atención e hice amistad con el veterinario de la plaza, Francisco Martínez Gomaríz, y ya no me he vuelto a perder una feria. Por las mañanas en los corrales y por la tarde al patio de caballos. Esto me ha permitido fotografiar a todos los toreros que me gustan y llegar a conocerlos. Incluso visité la ganadería de Salvador Domecq, donde tuve el privilegio de ver cómo tentaba en famoso Ruiz Miguel –gran maestro de los ’70-, Javier Conde y otros. Con este último y su esposa, Estrella Morente, he llegado a entablar tanta amistad que me invitaron a la comunión de su hijo en Málaga. Más de lleno no me he podido meter en tan poco tiempo en este mundo, han sido un cúmulo de experiencias y ya creo que de momento lo voy a aparcar un tiempo.

Tu elección para pintar el cartel del 125 aniversario de la Plaza de Toros y Club Taurino de Murcia fue la recompensa a tu exposición “Tauromaquia”, expuesta en la galería “Chys” en 2012, por donde han pasado todos los grandes contemporáneos de la ciudad?
Como en tan poco tiempo me di tanto a conocer en el mundo del toro y Murcia en el tema taurino artístico estaba bastante abandonada, coincidió que llegó alguien que no es el típico aficionado que está pintando toros y expone en cualquier sitio. Entonces me otorgaron un premio en el certamen para elegir el cartel de la corrida de toros de Abarán, y la plaza de toros de este pueblo es de Ángel Bernal, el mismo propietario de la de Murcia, supongo que él decidió quién hacía el cartel para el 125 aniversario de la Plaza de Toros y Club Taurino de Murcia. Por las mismas fechas le hice varios retratos del natural a Pepín Liria en su casa, se vistió de luces para mí, porque me hacía mucha ilusión ver este momento. Él ha sido torero del mencionado apoderado Bernal, y el veterinario de la plaza, Gomaríz, también le hablo de mí. Este conjunto de casualidades y trabajo hicieron que un día me llamara personalmente y me propuso hacer el cartel del aniversario, aunque ya tenía pensado darme el de la feria de septiembre. Y me encantó porque mi cartel tuvo más repercusión que este, si cabe, ya que la presentación la hizo el alcalde y el concejal de cultura. Después de todo esto y mis tres exposiciones sobre tauromaquia, el cuerpo me pide ya otra cosa, pro hay que ir tirando de las inquietudes. En cuanto a “Chys”, es una galería con mucho nombre, la decana de Murcia y con una localización inmejorable en plena Trapería. Pero creo que ha tenido tiempos mejores, cuando exponían Ballester padre e hijo, Pedro Cano, Belzunce, Martínez Mengual.

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Martínez Cánovas en su domicilio de Murcia

Tu serie de pinturas de Marruecos me recuerda a los blancos de las pinturas de Fortuny durante la Primera Guerra de Marruecos, ¿ha influido este maestro en tu pintura o mi ojo me engaña?
Sí me ha influido mucho, cuando me marché a Roma, antes de salir, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña compré la biografía y obra de Fortuny, y durante toda mi estancia fuera lo leí y lo volví a leer varias veces. Lo descubrí, él también vivió en Roma, y me encantó, había tauromaquia, paisajes granadinos y temas arabescos u “orientales” como lo llamaban en el siglo XIX.
De Roma solicité la beca de la Fundación Rodríguez Acosta, en Granada, que era realmente difícil, pero fui uno de los siete seleccionados a nivel nacional, siguiendo los pasos de Fortuny, que vivió en esta ciudad. Seguí los pasos de este artista excepcional y me sentí muy identificado con él. Entonces me surgió la posibilidad de un viaje a la aventura por Marruecos con otros tres pintores y ni lo pensé, tenía en la cabeza la idea romántica, de “esto es lo que hacía Fortuny hace 120 años”. Con el tema taurino igual, no lo provoqué, pero surgió la oportunidad y la aproveché. Sobre este mundo ha pintado el mismo Fortuny, Sorolla, Picasso, y me pregunté. “¿tendrá algo que yo no me he dado cuenta porque no le he prestado atención?”. Me dejé llevar en ambos casos, incluyendo el viaje a Marruecos, y ha sido todo un disfrute.

Igualmente encuentro similitud entre tus desnudos “White meat I y II” y los de Lucian Freud, uno de los artistas figurativos más importantes del arte contemporáneo, cuya obra “Inspectora de la Seguridad Social durmiendo” alcanzó hace poco los 22 millones de euros…¿es uno de tus referentes?
Lucian Freud me gusta mucho, pero la similitud que hay en mis obras se debe a una de sus discípulas, Jenny Saville, que le interpreta de manera más contemporánea y personal. No la he copiado, pero cuando me ha gustado un artista intento meterme en su cabeza, si tengo la posibilidad de hacer algún cuadro que me guste mucho no lo copio, pero hago algo parecido para ver cómo trabajaba la pincelada. Son maneras que he tenido de intentar hacer un método académico. Si ves la obra de Saville y la mía, en la colección “White meat”, puedes llegar a pensar que la he copiado. Yo diría que sí, pero en ese momento estaba disfrutando mucho de su obra, pero yo seleccioné mi modelo, la pinté con mi mano. Aunque es evidente que en ese momento estaba descubriendo a esa pintora.

La serie Memento mori es realmente impactante cuando está a medio camino entre la calavera y el retrato, pero sigue siendo un elemento muy Barroco, ¿con qué etapa de la Historia de la pintura te quedarías?
Mi tratamiento de las calaveras como objeto de mi pintura quizás responda a la simbiosis entre calavera y cara. El tema de los vanitas o fugacidad de la vida ha sido recurrente en mi vida, a los diez años tuve mi primer sentimiento de agonía ante la muerte, el pesimismo de que después no hay nada, a pesar de haberme criado en una familia con creencias religiosas. Aún ahora, si profundizo en este tema me resulta traumático, aunque ahora lo controlo y lo evito por la noche al acostarme. En este planteamiento me vino la pregunta: “¿cuándo me muera, cómo será mi calavera?”, empecé a tocarme la cara, me miro los dientes en el espejo, me subo los labios, veo el inicio de mi cráneo. Y de este concepto de mi cara y las varias calaveras que tengo surgieron varios cuadros en los cuales me voy descomponiendo la cara hasta presentarla como una mezcla entre cráneo y cara.
En cuanto a mis etapas favoritas del Arte, es difícil porque me gustan muchas cosas. Me gusta las tablas góticas, cuadros renacentistas, pero sobre todo el Barroco, de este período saltaría a los prerrafaelitas, al romanticismo y al clasicismo. Las vanguardias me atraen poco, aunque cambian la Historia del Arte y aparecen artistas que rompen con todo. Ahora estamos en una etapa en que vale todo, bueno, eso es mentira, mejor dicho, puedes hacer lo que te de la gana, pero dependiendo de lo que hagas te reconocen o no. Si bien es cierto que hoy en día el reconocimiento nacional e internacional depende más de temas políticos y la crítica de Arte, es entrar en un círculo en el que no se si entraré antes o después, pero tampoco me preocupa porque a día de hoy vivo de lo que hago, que es lo que me apetece.

¿Cuáles son tus pintores a nivel nacional e internacional?
Pintores que tenga como referentes a nivel nacional hay varios, como Antonio López, Miguel Ángel Mayo “Golucho”, Santiago Ydáñez… hay más, pero tampoco me entusiasman. Tendríamos que saltar la Reino Unido, con Jenny Saville, Justin Mortimer; y también al otro lado del charco Alex Canevsky, Sophie Jodoin, y seguro que me dejo alguno en el tintero, porque con Internet voy conociendo artistas, casi semanalmente.

Ya tienes obra expuesta en la Universidad de Murcia, Ayuntamiento de Murcia, Ayuntamiento de Cieza y Museo Salzillo, ¿dónde te gustaría ver obra tuya expuesta para sentirte plenamente satisfecho?
Tengo obra expuesta en Cieza por el Premio Toledo Puche, en el Museo Salzillo tienen un paño de la Verónica con el rostro de Cristo. A nivel nacional me gustaría tener obra en un futuro en el Círculo de Bellas Artes, en algún lugar de como Madrid, donde mi obra se reconozca. Y a nivel internacional mi sueño sería exponer en la Bienal de Venecia, Asia…  Eso sería lo mejor para entrar en un círculo selecto, pero tampoco se si mi obra va a terminar así. No creo que sea lo que actualmente se entiende como Arte Contemporáneo, me conformaría con exponer en una galería de arte de Londres o Berlín.

Recientemente has presentado el cartel de las fiestas de Blanca, también de temática taurina, pero he oído que quieres reconducir tu temática al costumbrismo. En Murcia tienes de donde beber, desde Sobejano a Medina Vera, ¿vas a beber del siglo XIX, adelántanos algo de tu forma de regresar al tema costumbrista?
Quiero reconducir mi temática al costumbrismo, me voy a dedicar a la gastronomía y a los aromas. En mi casa del campo disfruto mucho de las barbacoas, las paellas, los gintonics, los vinos, la cerveza. Me apetece pintar cosas placenteras como el comer. Mi temática va a ser costumbrista, pero mis bodegones no van a ser del XIX, van a ser contemporáneos, me gusta la pintura clásica, pero sin adornos. Por ejemplo, si pinto unas sardinas sobre un hule de plástico, este va a aparecer, si pinto un conejo desollado o un plato de higos, como el otro día, tal cual deje el objeto en su sitio, así lo voy a plasmar. Todo lo relacionado con la carne, el cuerpo, la muerte, el interior, la sangre, me atrae mucho, pero esta serie no va a ir por ahí. Me gustan las formas, el interior de las granadas, los higos, tan difíciles de representar por su piel. Voy a ir buscando la forma y los retos que me atraen. Pintar fresas y manzanas no me llama, ni su textura, ni su forma. En cambio, el despojo de un conejo, o los restos de una sardina, cabezas, tripas, me parecen una abstracción. Voy a pintar, desde unas granadas, como ha hecho Pedro Cano, hasta un conejo desollado que le valió la fama a Antonio López, unos despieces de sardina, que no se si alguien lo habrá pintado… Incluso bodegones sobre botellas de gintonic de diseño, de las que hacen ahora, es lo que estoy viviendo día a día , esas botellitas tan graciosas, pinto lo que me gusta, lo que me apetece y lo que disfruto.
Llevo pintando en serio desde los veinte años y todavía no he pintado un bodegón y ahora me apetece. En cambio no me pide el cuerpo, como murcianico, pintar el Puente de los Peligros, ¡qué vamos a hacer!

Entrevista: Francisco Javier Nieto
Fotografías: Magma
Lugar:  La Alcayna

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Sobre el autor

Murciano del barrio de San Antón, soy Licenciado en Periodismo y Master en Radio. En el ecuador de mi treintena he trabajado en Onda Cero Murcia y Madrid, Onda Madrid, y los últimos años los he dedicado a la Gestión Cultural; soy medio Licenciado en Derecho, como muchos; y fui pianista en mis tiempos mozos, algo queda, al menos el gusto por la buena música. Pero sobre todo, soy amante de mi tierra, de su Historia, de su presente y su futuro.

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