Pepe Yagües: «El autor que se considera a sí mismo artista me parece un pedante impresionante»

Entre caballos, desnudos y basilíscos, Pepe Yagües nos abre su mundo mitológico de Arte. Nos enseña sus esculturas, pinturas y grabados, que conforman su imaginario, cargados de un lenguaje poético. La madera, el hierro o el aluminio hacen de soporte al minotauro, el personaje consentido del artista, el que vive todas las aventuras de este ‘imaginero’, como él mismo se define. Inmersos en un universo de metáforas y juegos de palabras, sus obras y los títulos de estas nos abren una rendija a la visión del Arte de este escultor murciano.

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Yagües. ‘Corbatas’

¿Qué se siente al tener obra en Madrid, Barcelona, incluso en el extranjero, como en Alemania o Chile?, ¿es reconfortante este reconocimiento o no es tu finalidad?

La verdad es que a veces da pena, yo soy muy egoísta con este trabajo y cuando hago la obra me la quedaría para mi. De hecho las tengo en mi casa porque me gustan. Yo hago algo positivo, menos cuando hago parodias políticas, que son una cosa aparte. Es por esto que me gusta quedarme mis creaciones. Ayer se llevaron varias y me da pena no tenerlas ya. Aunque el dinero te da alegría, pero no deja de ser dinero, todos los billetes son iguales siempre. Pero las obras de arte no haces dos iguales, a no ser que hagas una edición.
Ediciones he hecho muy pocas, porque cuando he realizado una talla en madera y la he sacado en bronce, pierde casi un 3% del tamaño, también se pierde la textura al quitar la parte refractaria del molde. Influye que me gustan los materiales “pobres”, como la madera. Por ejemplo, cuando los griegos eran muy pobres, hacían los templos de madera, después, cuando les fue bien expandiéndose comercialmente, comenzaron a hacerlos de piedra.

Una de mis esculturas favoritas es  “Semíramis”, con siete metros de envergadura y 500 kilos de peso, en acero corten, acero inoxidable y aluminio,  ¿por qué esta temática mitológica en un emplazamiento que fuera industrial, como es la plaza de Molina de Segura donde se encuentra?

Fue un homenaje a Leticia, claro, la historia de ambas es muy parecida. Semíramis era una plebeya, pero con su encanto e inteligencia logró conquistar a un príncipe y llegó a ser la que mandaba –nos cuenta Yagües entre sonrisas, como un niño que narra algo pícaro-. Y narra la leyenda que en muchas batallas que libró Babilonia, gracias a su asesoramiento estratégico vencieron. También favoreció la cultura, hizo los famosos “Jardines colgantes de Babilonia”, fue un personaje muy interesante.
El emplazamiento fue una cosa curiosa, en realidad, un coleccionista, Diego Mengual, que había construido los edificios del entorno, como iniciativa privada quiso poner allí mi escultura de Semíramis. Pero en el momento de colocarla, el alcalde nos advirtió de que se trataba de un espacio público y se necesitaba el consentimiento del ayuntamiento. Finalmente la inauguró el alcalde, pero no hubo aportación de dinero público alguna. Tuvo que hacerse una donación de Mengual al pueblo de Molina para poder colocar la estatua en la plaza.

Con Yagües sosteniendo 'Lluvia de rubias', su última obra

Con Yagües sosteniendo ‘Lluvia de rubias’, su última obra

En alguna ocasión has declarado “me da la sensación de que hago viñetas de madera y acero”, ¿puedes aclarárnoslo?, ¿es el minotauro casi un personaje en tu obra que va viviendo diferentes aventuras?

Claro, esa es mi idea. Lo que pasa que el cómic no se considera Arte, los dibujantes de cómic están peor considerados que los ilustradores. Yo reivindico a los autores de cómic para los grandes museos. El museo reina Sofía tiene que tener una colección de originales de grandes autores del cómic que ha habido en España, porque eso es la cultura de este país también. Es una injusticia cultural.
En mi última exposición en Madrid me hizo muchísima ilusión porque invité a Carlos Giménez, el autor de Paracuellos. Cuando era pequeño aprendí a dibujar copiando cómic, y cuando este señor vino a mi exposición, me hizo una ilusión impresionante, y encima le gustó mi obra y me dijo: “oye, qué bien dibujas”, y le contesté: “claro, aprendí copiándote a ti”.
Carlos Giménez también ha hecho el storyboard de la película de Pedro Almodóvar  Hable con ella. Lo llaman para trabajos, pero su faceta de cómic se la han reconocido sólo a nivel internacional, por ejemplo con el Premio Angulema, pero a nivel nacional no se le da ninguna importancia. A mi me parece una injusticia. Francia tiene a sus dibujantes de cómic en los museos, como a Moebius, aquí hay mucha incultura.
El problema del cómic en España es que era muy popular, no era algo elitista, son ediciones de miles de ejemplares. En el mundo del Arte siempre se trabaja con ediciones limitadas, yo he trabajado cinco años para un editor de Barcelona, y si se trataba de grabado, nunca podían ser más de 100 ejemplares, si era escultura, nunca la edición más de ocho, siempre todo muy limitado, buscando la exclusividad.
Aunque repitas el tema, no es una serie, a veces me preguntan: “¿por qué haces siempre mujeres desnudas?”, y yo siempre digo que me parece mucho más enfermizo pintar copas –como Gaya-, es mucho más sugerente una mujer o un hombre. El cuerpo desnudo, cuando no está en declive, ni con enfermedades, me parece de lo más bonito que existe en el Universo.

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Yagües. Estudio

¿Por qué acudes a la mitología greco-romana o medieval para inspirarte?, como en la exposición Diario de un filógino, ¿qué mensaje quieres lanzar  con esta temática a quien contempla tu obra?

Tenemos muchas reminiscencias de lo mitológico, pero no somos conscientes de ello, de hecho las procesiones, que tantos seguidores tienen, son reminiscencia de la antigüedad greco-romana. Por ejemplo en ‘La cueva negra’, en el ‘Santuario de las ninfas’ de Fortuna, está el fragmento más antiguo de la Eneida que existe en el mundo, se trata de una inscripción en la pared. Estamos rodeados de restos mitológicos que no se valoran. La mitología me parece un tema muy sugerente, si ves los guiones de las películas, son refritos de las comedias que ya se hacían en Grecia o en Roma. Y básicamente, los comportamientos humanos han cambiado poco desde entonces.

Otra de tus inspiraciones son los miriñaques o guardainfantes de las meninas, como en La menina minotaurina, de la carretera de San Javier, ¿por qué esta influencia velazqueña?

Bueno, para empezar, los guardainfantes no los inventó Velázquez, era una estructura que llevaban las señoras de la época. Yo he hecho algunas meninas, pero sobre todo parodias, también a las de Manolo Valdés. A veces hago casi una burla, es un tema muy ñoño, que se hace mucho y yo intento darle una lectura diferente, tengo una inspirada en el cuento El traje del emperador, dedicada a Camps y ‘Rita Barbaridad’. Los guardainfantes tienen mucho juego, me baso en una forma que es muy estética, tiene algo especial, luego lo que pasa es que pervierto el tema.

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Yagües. ‘Jaula jauja’

En tu obra Unineuronal, dedicada a los seguidores de la Eurocopa, según tus declaraciones, intuyo cierto rechazo al fútbol como recreo de las masas, ¿es así?

El fútbol es la forma más imbécil que se ha inventado de encauzar emociones, lo tengo clarísimo. Lo que pasa es que como encauza emociones hay que respetarla, y además como no hacen sufrir a ningún animal, hay que respetarlo, pero vamos, que es una forma imbécil. ¡Qué cosa más absurda! –dice casi con cara de desprecio- once, una pelota, para aquí y para allá… ¿qué más da si la meten o no la meten?, a mi eso me da lo mismo.
-A mi comparación entre el fútbol y el circo romano, contesta afablemente- Yo creo que el circo era mucho más interesante, y los circos actuales que van por los diferentes pueblos, me parecen mucho más interesantes, y del Circo del Sol ya no te digo nada. Los circenses me parecen personajes mucho más respetables que los jugadores de fútbol. Nos están intentando sustituir la mitología clásica, por este tipo de mitos futbolísticos, que salvo Valdano y alguno más que sería interesante de escuchar, el resto… Pero la mitad de los informativos está dedicado a ellos, y hay deportes a los que no se les hace ni caso.

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Yagües. ‘Lluvia de rubias’

Tus obras más emblemáticas son estructuras hechas con láminas metálicas, ¿a qué responde tu paso del dibujo al grabado y de este a la escultura, aunque sin abandonar el anterior?

Claro, es muy fácil. El dibujo es el perímetro del volumen de la escultura, yo empecé dibujando, y el grabado es dibujar sobre cobre, teniendo en cuenta que al imprimir se invierte la imagen. Cuando hago esculturas con pletinas, tiras de metal, en realidad son dibujos con distintos puntos de vista, que se van entrelazando. Hay una serie que se llama Dibujos en el aire, que son esculturas de pletinas, que pueden ser de latón, de cobre, de acero inoxidable, de hierro, de acero corten…

¿Qué materiales y técnicas estás usando actualmente?

Yo voy cambiando de materiales y técnicas porque me resulta más divertido. Cuando tallo madera lo hago en la calle, uso la radial para comer la madera y esto hace mucho polvo, y claro, ahora en invierno me apetece menos tallar madera en el exterior. También hago cosas con objetos, se trata de divertirse, usar siempre la misma técnica puede llegar a ser monótono.

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Yagües. ‘Lluvia de rubias’, detalle

Hay alrededor de 30 publicaciones sobre ti, como la de  Juana Marín Saura, Pepe Yagües o la dualidad, ¿cuál te sorprendió más o le tienes especial cariño?

Lo que más me ha sorprendido es que algunos hayan querido escribir sobre mi obra –dice Yagües entre carcajadas- . Por ejemplo Jorge Semprún, que aquí no se conoce, pero ganó el premio Planeta, a nivel europeo es una eminencia, y que quisiera escribir el texto de introducción de una exposición que hice en París, me pareció alucinante. Tiene algunas frases preciosas, en las que habla sobre ‘el humor corrosivo, la necesidad de la parodia, la ironía…’. Hay otros textos, por ejemplo de Antonio Skármeta , él hizo El cartero de Neruda. También hay textos, como el de María Kodama, la viuda de Borges, a veces me daba la sensación de estar leyéndolo a él, supongo que sus últimos textos se los escribiría ella–comenta bromeando-, se los corregía, cuando él ya estaba ciego.
Tengo especial cariño también, a los textos de Palau i Fabre, que escribió 16 libros sobre Picasso, era amigo personal suyo, y su fundación tenía 60 obras del pintor. Que escribiera sobre mi este señor fue un lujo total, jamás le había escrito a ningún autor, ni siquiera catalán. Y yo expuse en Barcelona y precisamente a mi me escribió una página muy bonita, donde se refiere a mi como «seguidor del progenitor”, que para él es Picasso, como si yo fuese su “hijo”, un discípulo –cuenta Yagües con satisfacción-.

¿Qué sensación te ha quedado después de las dos exposiciones individuales de este año 2013: La voz del deseo, Galería Alba Cabrera (Valencia); y Museo de Olivenza (Badajoz)?

En el museo de Olivenza se trataba de la exposición de una colección particular de un señor de Barcelona, una colección del año 1995 a 1998. Yo me enteré por internet –se le escapa una carcajada por lo curioso del asunto-, entonces llamé al director del museo y me dijo que como lo había organizado una comisaria no me había avisado, pero que por favor que fuera. Me coincidió con un viaje a Francia y no pude ir, pero fueron muy amables y después me mandaron fotos, y que cuando fuera a Olivenza me harían un recorrido por varios palacetes judíos muy chulos, que lo avisara sin falta cuando fuera allí.
La exposición de Valencia fue muy bien, se vendieron siete piezas, lo cual está muy bien para los tiempos que corren.

¿Qué opinión te merece la obra de Manolo Valdés, con quién me consta tienes una relación fluida?

La obra de Manolo Valdés me gustaba mucho cuando tenía a Rafael Solbes, que hacían Equipo Crónica, porque tenía un punto de humor y de ironía que me encantaba. Después me parece, a veces, comercial; está muy bien técnicamente, las obras se las hace gente muy buena -Yagües no puede reprimir la risa, está siendo una entrevista bastante divertida-, ¡que yo lo he visto, que he estado en su taller y he visto cómo se las tallaban!. He conocido a gente que le ha trabajado la piedra, como Juan Asensio. Esto pasa cuando tienes mucha demanda, haces el boceto y montas la “factoría”, y más si estás en Estados Unidos, tendrás que hacer una factoría a lo Warhol -bromea-. A mi las obras así me gustan, pero yo creo que deberían aparecer, igual que en las películas, si han trabajado en la obra, deben aparecer los nombres de todos los señores que la han hecho. Debes ser honrado, porque si tú haces el boceto, y luego otro ejecuta tu obra, debe aparcer su nombre, es un respeto al trabajo ajeno.
A Campillo le ocurría que cuando sus obras se pasaban a bronce perdían un montón, yo he visto los originales de madera y algunos son preciosos, era un gran tallador, pero luego al buscarle la comercialidad perdía un montón. Ha habido escultores, como Chillida, que se negó a hacer ediciones porque veía que perdían calidad. Cada autor es el que decide ”si hago caja o no hago caja”.

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‘Mito de Clitia’

¿Qué escultores españoles te influyen o han influido?, ¿hay algún escultor  murciano joven, emergente, que  llame tu atención?

Carmen Baena muchísimo –contesta riendo, Carmen es su esposa-. No sigo mucho lo que se hace en Murcia, no voy a las inauguraciones de las galerías. Seguro que se están haciendo cosas muy interesantes, pero tienes que visitar el estudio, ver obra, porque ver sólo una cosa y pronunciarte, no te atreves. Hay muy pocos escultores en Murcia.
-A mi comentario sobre el resurgimiento de la imaginería religiosa, Pepe me contesta- yo me considero un imaginero, no sé si lo sabes, soy “imaginero del deseo”, me gusta crear imágenes. Lo de ser “artista”, el autor que se considera a sí mismo artista me parece un pedante impresionante, que hay muchos. Imaginero es el que crea imágines, un niño que crea imágenes es un imaginero. Además, yo hago mitología, que era la religión de los antiguos -en comparación a los imagineros actuales, que hacen tallas de imágenes religiosas católicas-.

¿Nos puedes adelantar algo de tu último proyecto?

Actualmente estoy terminando la obra Vestida de lluvia, mi próxima exposición va a ser en Alemania, para primavera, donde se va a poder ver esta obra que estoy terminando, junto a otra talla grande, y unos dibujos de casi tres metros hechos con carboncillo y cuerdas. Va a ser una exposición variada, no me gustan las exposiciones homogéneas, y mira que los galeristas se empeñan: “¡que tenga una unidad, una línea!”. Pero si la unidad es temática, las piezas pueden tener mucha relación, no tienen por qué ser sólo obra de pared o solo escultura.

Por último, ¿Por qué usar un salón erótico para exponer tu obra de esculturas colgables ‘Corbatas’?

Era la I Muestra Nacional de Arte Erótico, en Alicante, coordinada por Ángel Haro. Había obras de Picasso, de García Alix, Javier de Juan, y murcianos como Lidó Rico. Dentro del salón erótico, lo más interesante era la parte artística, había una colección de xilografía erótica japonesa chulísima, dibujos de Antonio Ballester. También había dibujos de Juan y Jorge, los ilustradores de El jueves, estaban las viñetas originales que les publica Pay boy en Estados Unidos, había cosas muy interesantes en este salón.

Entrevista: Francisco Javier Nieto

Fotografías: Tania Buendía

Lugar: casa de Pepe Yagües

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Sobre el autor

Murciano del barrio de San Antón, soy Licenciado en Periodismo y Master en Radio. En el ecuador de mi treintena he trabajado en Onda Cero Murcia y Madrid, Onda Madrid, y los últimos años los he dedicado a la Gestión Cultural; soy medio Licenciado en Derecho, como muchos; y fui pianista en mis tiempos mozos, algo queda, al menos el gusto por la buena música. Pero sobre todo, soy amante de mi tierra, de su Historia, de su presente y su futuro.